Vale comenzar con ¿Juguetes o Derechos? El Día del Niño, a pedido de empresarios, se conmemorará el próximo 21 de agosto. Ante esto surgen los interrogantes ¿esta fecha se festeja o se conmemora? ¿como viven los niños el resto del año? ¿gozan de sus derechos? Hagamos un breve repaso por los orígenes y objetivos de este día y que deja entrever el trabajo del gobierno  en Salta.

Los intereses económicos de unos cuantos ponen en jaque la verdadera identidad y motivo por el cual se conmemora el Día del Niño. Una fecha con un importante sentir: Fue en 1954 cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) recomendó que se instituyera en todos los países el Día Universal del Niño, una fecha exclusivamente consagrada a reafirmar los derechos de los niños.

El día del niño históricamente se festejaba en Argentina el primer domingo de agosto. En 2003 se trasladó al segundo, debido a que la Cámara del Juguete pidió el cambio porque el primer domingo podía caer a comienzo de mes, cuando muchos padres no habían cobrado aún su sueldo. En 2011 dicha fecha se celebró el 21 de agosto, debido a que el 14 de ese mes se llevaron a cabo las elecciones primarias abiertas en todo el país. A partir de 2013, la fecha paso a ser el 3.er domingo de agosto.

A lo largo de la historia, en Argentina se vio manipulado por la Cámara Argentina de Juguetes. Donde impera la necesidad de elevar las ventas en sus productos y por ello fijan a su antojo el día en el almanaque.

Salta y su realidad

Tanto se buscó asociar “juguetes igual a felicidad” que hoy quedó en el ideario popular de los argentinos. Y Salta no es la excepción y, mucho menos, sus gobernantes.

Es normal ver decenas de campañas de ONG, Asociaciones Civiles y Fundaciones que convocan para este día donaciones de juguetes, ropa, libros de cuentos y hasta mercadería no perecedera para “festejar el Día del Niño” en barrios marginales o zonas desfavorables de la provincia. Dejando entrever la ausencia de un Estado y su responsabilidad  constitucional de   brindar seguridad social.

Sumergidos en las calles; en el trabajo infantil; sin ser escolarizados; de comunidades originarias; adictos a las drogas; sin controles de salud; durmiendo en hogares de nilón; o simplemente niños sin hogar. En Salta viven niñas y niños, al igual que en el mundo, donde sus derechos no son garantizados.

Pero pareciera ser que eso no importara, pues el Estado les festeja su día: una vez al año organizan los intendentes, legisladores y funcionarios provinciales eventos multitudinarios donde asisten esos  pequeños. Se convierte en una postal, que para cualquiera no padecen necesidades básicas.

Hoy no existen cifras serias de cuantos menores de edad se encuentran en situación de calle, en explotación infantil, con desnutrición, con adicciones o no escolarizados. Lo que llama a la reflexión del rol del Estado y sus responsabilidades.

Una menor de 12 años de la comunidad originaria Wichi, que no está escolarizada por su discapacidad. Fue violada por ocho energúmenos y debió abortar a los seis meses, siendo atendida recién por el Gobierno tras mediatizarse su situación. Este es un claro ejemplo de la vulneración de todos sus derechos.

También podríamos contar de aquellos niños con discapacidad que hoy no cuentan con coberturas de salud por parte de Obras Sociales y/o del propio Estado;  o bien, quienes  deben caminar horas para llegar a su escuela los lunes y recién regresar al seno de su hogar los viernes. Como quienes diariamente deben alimentarse en comedores infantiles porque sus padres no pueden afrontar la economía del hogar.

Ejemplos hay muchos. El motivo del siguiente escrito es buscar sensibilizar sobre el orden de prioridades: Más que un regalo, lo importante es enseñar a nuestros pequeño a valorar lo que tiene, que no todos los niños del mundo gozan de todos sus derechos, y que debe aprovechar al máximo las oportunidades que se le brindan para ser en un futuro una persona útil para sí mismo y para la sociedad; sin olvidar por supuesto que debe disfrutar de SER NIÑO.

Y algo fundamental, la responsabilidad como adultos de exigir que el Estado garantice todos los derechos de la niñez e infancia, sin importar el costo ni tiempo.

Fuente: PrimeroSalta